lunes, 22 de octubre de 2012

SEGUNDA FASE DEL COMBATEº

 

 Cuando el Huáscar se encontraba a unos 600 metros de la Esmeralda, un bote se le acercó, en él iba el capitán de puerto y de corbeta, Salomé Porras, junto al práctico Guillermo Checlay y el periodista Modesto Molina, quienes le informaron a Grau que la Esmeralda estaba protegida por una línea de torpedos fijos.[14] [15] Ante esta información, Grau decidió mantener una distancia de 500 metros de la corbeta, posición desde la cual abrió fuego.
Pasada una hora y media de combate, la Esmeralda no había sido impactada por ningún proyectil del Huáscar, sus tiros pasaban largos cayendo en la playa e hiriendo a la población.[16] [17] Cerca de las diez de la mañana, el general Juan Buendía, jefe de las tropas peruanas en Iquique, hizo llevar a la playa 4 cañones Blakely de montaña con los cuales empezó a disparar contra la Esmeralda.[18] Una granada mató a tres hombres y otra hirió a otros tres. En total realizó 60 tiros y varios de fusilería. La situación se tornó insostenible para la corbeta chilena por lo que Prat decidió cambiar su ubicación 1.000 metros más al norte. Cuando iniciaba el movimiento una granada del Huáscar penetró por su costado de babor saliendo por estribor provocando un incendio en la cámara de oficiales que fue prontamente controlado.
Grau, al observar el movimiento de la Esmeralda, se dio cuenta de que la información de la defensa con torpedos era errónea, por lo que decidió atacar empleando su espolón. Enfiló su proa hacia el costado de babor de la Esmeralda. Prat trató de esquivar el golpe dando avante y cerrando la caña a babor no logrando esquivar el golpe que recibió a la altura del palo mesana sin mayores daños. Al chocar ambos buques el monitor Huáscar disparó sus cañones de diez pulgadas (300 libras) a corta distancia, produciendo la muerte de 40 o 50 marineros y soldados.[19]
El espolonazo del Huáscar, a su vez, fue recibido con una tremenda descarga de las baterías de la Esmeralda y fuego de fusilería, lo que no causó mayor daño en el monitor.
Prat al ver la cubierta del buque enemigo a sus pies gritó:
"¡al abordaje, muchachos!"
Arturo Prat. 21 de mayo de 1879
En medio del estruendo, Prat pretendió abordar el Huáscar, saltó a la cubierta del Huáscar siendo seguido por el sargento Juan de Dios Aldea y el marinero Arsenio Canave[20] [21] quien perdió impulso y cayó al agua.[22]
Una vez a bordo, Prat, armado con un sable y un revólver, avanzó hacia la torre de mando, en el trayecto hacia ella ultimó al oficial de señales, el teniente segundo Jorge Velarde. Al avanzar a babor de la torre de Coles, fue alcanzado por las balas en una de sus rodillas. Un marinero salió a cubierta,[23] dándole un hachazo[24] en la frente que le causó la muerte inmediata.[25] A su vez el sargento Aldea cayó herido por una descarga de fusilería sobre la cubierta. Grau hizo un esfuerzo por salvar la vida de Prat pero ya era tarde.[26]
El Comandante Grau quiso dar tiempo para que sus adversarios se rindieran, por lo que retira el Huáscar después del espolonazo. En la Esmeralda, tomó el mando el Teniente 1o. Luis Uribe Orrego, quien llamó a reunión de oficiales y deciden no rendirse. Al tiempo que un marino subía al palo de mesana para clavar las banderas.[27]
Grau al ver que la tregua no daba resultado decide espolonear nuevamente a la Esmeralda, lanzándose a toda velocidad sobre ella, ahora por el costado de estribor. Uribe trató de maniobrar igual que Prat y logró presentar su costado en forma oblicua al espolón del monitor Huáscar, pero esta vez se abrió una vía de agua, ingresando a raudales a la santabárbara y a las máquinas. El buque quedó sin gobierno y sin más municiones que las que había en cubierta.
Nuevamente los cañones del Huáscar disparados a tan corta distancia que se mataron a varios tripulantes entre ellos a los ingenieros y fogoneros que salían a cubierta y arrasó la cámara de oficiales, convertida en enfermería. Se efectuó un segundo intento de abordaje por otros doce tripulantes chilenos, al mando del teniente primero Ignacio Serrano llevando rifles y machetes, el cual también resultó infructuoso, cayendo sobre la cubierta del monitor.[28]
Al los 20 minutos se efectuó el tercer impacto con espolón en el sector del palo mesana acompañado de dos cañonazos, la corbeta se inclinó de proa y empezó a hundirse. A medida que el buque se inclinaba el Guardiamarina Ernesto Riquelme, gritando vivas a Chile disparaba el último cañonazo.[29]
A las doce diez de ese día la Esmeralda desapareció de la superficie del mar.
En total, el Huáscar disparó 47 proyectiles y fue impactado por 6 bombas y 23 balas. Los chilenos acusaron 143 muertos. Los peruanos perdieron al teniente segundo Jorge Velarde y siete marineros resultaron heridos. Grau, antes de avanzar para reunirse con la Independencia, dispuso el salvataje de los 57 náufragos de la Esmeralda.[30] Los corresponsales de guerra peruanos Modesto Molina del "El Comercio de Iquique", Julio Reyes de "El Comercio de Lima" abordo del Huáscar, relatan en sus despachos que los sobrevivientes chilenos
".... dieron un ¡Viva el Perú! y encomiaron el valor y generosidad de los peruanos para con los rendidos"

combate de angamos primera fase

 

08 de Octubre - Combate de AngamosFecha: 08 de Octubre

Categoría:  08 de Octubre - Combate de AngamosEfemérides Cívico - Patriótico

08 de Octubre - Combate de Angamos Combate de Angamos :

El Combate de Angamos representa para la Marina de Guerra y también para la historia del Perú, uno de los hitos más altos pues el 08 de octubre de 1879, quedó marcado en el calendario del país el sacrificio heroico de don Miguel Grau Seminario y sus hombres a bordo del Monitor Huáscar.

En aquel 08 de octubre, el Monitor Huáscar se encontraba realizando su 5ta expedición sobre aguas chilenas en compañía de la corbeta Unión. Ambos buques llegaron el 04 de octubre y esto fue noticia en Antofagasta y Santiago de Chile, donde Chile inicio los preparativos para la defensa de su territorio.

El día 08, el Huáscar abrió fuego contra el Cochrane, que iba resguardado por el Blanco Encalada y la Covadonga.

A las 10 de la mañana, una granada dio en la esquina superior de la torre de mando del Huáscar, lo que provocó la muerte inmediata de Miguel Grau y por onda expansiva del teniente Diego Ferré. Sucedieron en el mando del buque el segundo comandante Elías Aguirre,

A las 10:40, los dos blindados chilenos están por la aleta de babor del Huáscar. Una granada perforó la torre de artillería y explotó hiriendo mortalmente a sus operadores, incluido el comandante Elías Aguirre quien había quedado al mando del Huáscar ante la desaparición del almirante Grau junto a los oficiales Ferré,  Enrique Palacios y el herido Melitón Carvajal.

Al medio día, el Huáscar ya lucía con agua en la sentina. La Marina Chilena apagó los múltiples incendios provocados por las explosiones mientras que los peruanos eran tomados como prisioneros. El Monitor Huáscar se luce como museo flotante en el puerto de Talcahuano (Bio Bio - 8va region) y con él, el recuerdo del sacrificio heróico de don Miguel Grau Seminario y su grupo de combatientes que ofrendaron la vida por defender los intereses del Perú.


viernes, 19 de octubre de 2012

biografia

Miguel Grau Seminario
 Paita, 1834 - Punta Angamos, 1879, Marino y militar peruano, héroe de la batalla naval de Angamos.
Hijo del teniente coronel Juan Manuel Grau Berrío, de ascendencia catalana, y de Luisa Seminario del Castillo, descendiente de antiguas familias de la región, su infancia transcurrió en Piura y más tarde en el puerto de Paita, cuando su progenitor fue nombrado vista de aduana.
En 1843, siendo todavía un niño, el pequeño Miguel se embarcó en una goleta comandada por Ramón Herrera, gran amigo de su padre, que hacía un viaje de Paita a Panamá. Lamentablemente la goleta naufragó y, a su regreso al hogar, su madre no estaba dispuesta a consentir ya nuevos embarques. Ingresó al colegio de Nieto, en el cual, según uno de sus biógrafos, Fernando Romero Pintado, "Miguel se torna taciturno. En el colegio está siempre distraído, callado, casi hosco. Apenas terminan las clases y en los días de vacaciones merodea por la playa...".
Contaba once años cuando doña Luisa, su madre, aceptó que volviera a cruzar los océanos. Recorrió entonces todos los mares y durante nueve años, según el historiador Alberto Tauro del Pino, el joven Grau "surca mares de Asia, Europa y América en diversos transportes y aún en buques balleneros".
Al regresar al Perú, en 1853, se radicó en Lima, donde fue alumno del poeta español Velarde y estudió para ingresar a la Marina. El 14 de marzo de 1854 se convirtió en guardiamarina y vistió el uniforme que cubriría de gloria. Navegó en los vapores Rímac, Vigilante y Ucayali antes de ser trasladado a la fragata Apurímac, donde sirvió con Lizardo Montero, otro ilustre marino piurano.
Cuando prestaba servicio en la Apurímac, el comandante de esta nave apoyó la revolución del general Vivanco. Tras el fracaso del movimiento, el joven oficial que formaba parte de la tripulación fue separado del servicio en 1858 y volvió a la Marina Mercante.
Llamado nuevamente, regresó a la Marina el 11 de septiembre de 1863, casado ya con Dolores Cavero, quien le dio nueve hijos. Ascendió a teniente segundo y el 4 de diciembre del mismo año, a teniente primero, para pasar pocos meses después a capitán de corbeta. Enviado a Europa para traer la corbeta Unión, llegó a Valparaíso en 1865, año en que fue ascendido a capitán de fragata, y desde el puerto chileno apoyó la revolución del coronel Mariano Ignacio Prado.
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Siempre al mando de la corbeta Unión participó en el combate naval de Abtao, el 7 de febrero de 1866, y siguió hacia el sur hasta los canales de Chile, para esperar las nuevas naves adquiridas en Inglaterra. Cuando Prado, posponiendo a brillantes marinos peruanos, contrató al contralmirante norteamericano John Tucker para comandar la Armada, Grau protestó y presentó su renuncia, actitud que fue considerada como rebeldía. Fue preso en la isla de San Lorenzo y permaneció allí hasta que, después de un largo juicio, salió absuelto.
Pasó nuevamente a ejercer su profesión de marino en la actividad privada y tuvo el mando del vapor mercante Puno, propiedad de la Compañía Inglesa. A finales de 1867, regresó a la Marina en calidad de comandante del monitor Huáscar. El 25 de julio del año siguiente fue ascendido a capitán de navío y el 19 de abril de 1873 a capitán de navío efectivo, siendo después comandante general de la escuadra de evoluciones, durante siete meses. Pasó luego a ocupar el alto cargo de comandante general de la Marina.
En 1872, al estallar la revolución de los hermanos Gutiérrez, Grau encabezó el pronunciamiento de la Marina en contra de la dictadura. Al no ser escuchado para reorganizar y modernizar la Armada, ingresó a la política y fue elegido diputado por Paita en el período comprendido entre 1876 y 1878. Cuando Chile declaró la guerra al Perú en 1879, Grau aceptó dirigir la primera división naval a sabiendas de la superioridad que tenía la escuadra de ese país en tonelaje, número de barcos, cañones y espesor de blindaje, y conociendo el mal estado de las unidades peruanas.

El Huáscar, comandado por Miguel Grau
Inició su campaña en mayo del mismo año y en su primer combate hundió la corbeta chilena Esmeralda, salvando luego a los náufragos, lo que hizo que uno de ellos al llegar a la cubierta del Huáscar gritara agradecido "Viva el Perú generoso". El Huáscar realizó en los meses siguientes una serie de acciones sorprendentes frente a una escuadra tan poderosa como la chilena. Apresó transportes enemigos, requisó carbón de puertos chilenos y despistó constantemente a los buques chilenos que recorrían la costa en su busca. El congreso ascendió a Grau al grado de Contralmirante el 26 de agosto de 1879.
El primero de octubre de 1879 el Huáscar salió del puerto de Iquique, donde el transporte Rímac había desembarcado tropas bajo su protección, en lo que fue su último zarpe. Apresó una goleta al sur de Huasco y estaba en la costa de Coquimbo, territorio chileno, el día cinco. La marina chilena había cambiado mandos y ordenado su flota en dos divisiones para cazar al ya célebre monitor. Su plan tuvo éxito 8 de octubre de 1879 cuando descubrieron al Huáscar en alta mar, frente a Punta Angamos, acompañado de la Unión, en viaje hacia el norte.
La flota chilena, compuesta por seis barcos todos ellos superiores al Huáscar en blindaje y potencia de fuego, formaron un círculo para batirse con el buque insignia de la marina peruana. Grau ordenó a la Unión retirarse para distraer la flota enemiga, lo que se logró en parte porque dos corbetas chilenas salieron en su persecución. La Unión fue más rápida y consiguió escapar; el Huáscar en cambio fue encarado por el Cochrane, que con sus poderosos cañones logró perforar el blindaje del casco y la torre de mando.
El comandante Grau murió despedazado. El mando pasó a Elías Aguirre, que también murió. Correspondió el turno al teniente primero Melitón Rodríguez. Caído también él, tocó el mando al teniente Pedro Garezón, quien conversó brevemente con tres oficiales que quedaban vivos y ordenó hundir la nave porque ya se encontraba inmovilizada. Los maquinistas abrieron las válvulas, pero desperfectos de la maquinaria paralizaron la inmersión, dando tiempo a que llegaran los buques enemigos, abordaran el monitor y detuvieran su hundimiento. Miguel Grau pasó a la inmortalidad como un marino estratega y valiente pero generoso, que cumplió con sus proféticas palabras: "si el Huáscar no regresa triunfante al Callao tampoco yo regresaré".